Se
trata de un proceso congénito en el que tiene lugar una malformación de los
anillos vasculares, en concreto la persistencia del 4º arco aórtico derecho,
que atrapan el esófago intratorácico provocando una obstrucción esofágica.
Esta anomalía vascular congénita es
la más descrita y genera una estenosis esofágica con la que el animal empieza a
regurgitar al pasar de una alimentación líquida a sólida. Existe predisposición
racial en Pastor Alemán, Setter Irlandes y Greyhounds, pero no es exclusivo de
estas razas.
El
megaesófago se caracteriza por la presentación de una dilatación permanente
localizada o difusa del esófago con disminución o ausencia de su función motora.
Los
animales afectados se consideran normales hasta el destete, es a partir del
momento en el que se introduce la alimentación sólida cuando empiezan a mostrar
signos de regurgitación postpandrial, desarrollándose el megaesófago de forma progresiva.
CASO
CLINICO
Se
presenta en nuestra consulta una cachorrita de mes y medio de edad de Pastor
Alemán que vomita todo lo que come, aunque tiene apetito. No crece al mismo
ritmo que sus hermanos.
A
primera vista se evidencia que la condición corporal es muy baja y el aspecto
del pelaje es pobre.
Se
le realiza una exahustiva exploración externa en la que se determina que el
color de las mucosas es normal, los ganglios palpables son normales, la
temperatura corporal es normal, no muestra dolor ni a la palpación ni al
movimiento de ninguna parte del cuerpo y los sonidos cardiacos y pulmonares son
normales.
A
pesar de que todo es aparentemente
normal, la evidencia física, y la sintomatología descrita nos hace sospechar de
que realmente algo está pasando, por lo que se hace necesario realizar un estudio
radiográfico.
PRIMERA RADIOGRAFIA:
Densidad en tórax
cráneo-dorsal compatible con cuerpo extraño o megaesófago.
Se
decide dejar en hospitalizada para realizar más pruebas y ver como son y con qué
intervalo ocurren los vómitos por los que acude.
SEGUNDA
RADIOGRAFIA CON CONTRASTE:
Se
realiza un estudio por imagen con contraste de bario, dando como resultado un
megaesófago craneal al corazón compatible con persistencia de un anillo fibroso
que constriñe el esófago en este punto.
Se hace indispensable la resolución quirúrgica del proceso, de no
ser así las complicaciones aumentarán con el tiempo, con lo que la
supervivencia del animal se verá truncada por las altas posibilidades de complicaciones
secundarias en el tiempo.
La
cirugía fue todo un éxito quedando reducida la malfomación vascular y augurando un muy buen futuro para esta
cachorrita que acabamos adoptando como CAPI.
Unos
meses después de su intervención y en su hogar se muestra así de saludable y
contenta, lo cual nos alegra enormemente, quedando atrás los episodios de regurgitación, malnutrición y problemas de crecimiento.
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